ÁNGELES BUENOS.
1. Su Adoración. “Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice:
Adórenle todos los ángeles de Dios.” (Heb. 1:6 ). Ver también Isaías 6:3; Juan 12:41; Apocalipsis 5:11, 12. Se nos dice en Colosenses 2:18 que nunca debemos adorar ángeles.
2. Su Ministerio.
a. Revelación Angelical. Ellos son capaces de traer la Voluntad de Dios a los hombres. “Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ,” (Heb. 2:2). Ver también Daniel 8:16, 17; Lucas 1:11-13; Hechos 1:9-11.
b. Preservación Angelical. Son enviados para ayudar a los santos de Dios. Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses. ” (Dan. 3:25). Ver también II Reyes 6:15-18; Hebreos 1:14.
c. Estimulo Angelical. Son enviados para animar a los hijos de Dios. “Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho.” (Hechos 27:23-25).
d. Emancipación Angelical. Ellos son enviados para librar a los hijos de Dios. “Mas un ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel y sacándolos, dijo: Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida.” (Hechos 5:19, 20).
e. Sustento Angelical. “El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.” (Mat. 4:11). Ver también Lucas 22:43.
f. Conducción Angelical. “Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto.” (Hechos 8:26). Ver también Génesis 24:7; Éxodo 23:20-23; Números 20:16; Hechos 10:3-8.
g. Administración Angelical. Ellos ejecutan la voluntad de Dios. “Bendecid a Jehová, vosotros todos sus ejércitos, Ministros suyos, que hacéis su voluntad. Bendecid a Jehová, vosotras todas sus obras,” (Sal. 103:21, 22).
(1) En Juicio. “Sean como el tamo delante del viento, Y el ángel de Jehová los acose.” (Sal. 35:5). Ver también I Crónicas 21:15; II Reyes 19:35.
(2) Guardando a los salvos. “En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo” (Dan. 12: la). Ver también Hebreos 1:14.
(3) Guardando a los muertos. “Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.” (Lucas 16:22).
(4) Comunicando la Ley. “Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.” (Gal. 3:19). Ver también Hebreos 2:2.
(5) Acompañando a Cristo. “y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, ” (II Tes. 1:7).
(6) Recogiendo a Israel. “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,” (Mat. 25:31).
(7) Cosechando al fin de los siglos. “Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.” (Mat. 13:30).
1. Su Adoración. “Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice:
Adórenle todos los ángeles de Dios.” (Heb. 1:6 ). Ver también Isaías 6:3; Juan 12:41; Apocalipsis 5:11, 12. Se nos dice en Colosenses 2:18 que nunca debemos adorar ángeles.
2. Su Ministerio.
a. Revelación Angelical. Ellos son capaces de traer la Voluntad de Dios a los hombres. “Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, ,” (Heb. 2:2). Ver también Daniel 8:16, 17; Lucas 1:11-13; Hechos 1:9-11.
b. Preservación Angelical. Son enviados para ayudar a los santos de Dios. Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses. ” (Dan. 3:25). Ver también II Reyes 6:15-18; Hebreos 1:14.
c. Estimulo Angelical. Son enviados para animar a los hijos de Dios. “Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo. Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confío en Dios que será así como se me ha dicho.” (Hechos 27:23-25).
d. Emancipación Angelical. Ellos son enviados para librar a los hijos de Dios. “Mas un ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel y sacándolos, dijo: Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida.” (Hechos 5:19, 20).
e. Sustento Angelical. “El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.” (Mat. 4:11). Ver también Lucas 22:43.
f. Conducción Angelical. “Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto.” (Hechos 8:26). Ver también Génesis 24:7; Éxodo 23:20-23; Números 20:16; Hechos 10:3-8.
g. Administración Angelical. Ellos ejecutan la voluntad de Dios. “Bendecid a Jehová, vosotros todos sus ejércitos, Ministros suyos, que hacéis su voluntad. Bendecid a Jehová, vosotras todas sus obras,” (Sal. 103:21, 22).
(1) En Juicio. “Sean como el tamo delante del viento, Y el ángel de Jehová los acose.” (Sal. 35:5). Ver también I Crónicas 21:15; II Reyes 19:35.
(2) Guardando a los salvos. “En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo” (Dan. 12: la). Ver también Hebreos 1:14.
(3) Guardando a los muertos. “Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado.” (Lucas 16:22).
(4) Comunicando la Ley. “Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador.” (Gal. 3:19). Ver también Hebreos 2:2.
(5) Acompañando a Cristo. “y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, ” (II Tes. 1:7).
(6) Recogiendo a Israel. “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria,” (Mat. 25:31).
(7) Cosechando al fin de los siglos. “Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.” (Mat. 13:30).
Son los ángeles seguidores del Diablo. Son aquellos para quienes esta preparado el infierno de fuego.
1. Su designación. Son espíritus malignos; seductores, impuros, demonios. “Cuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino.” (Mat. 8:28). Ver también Mateo 9:33; 10:1; 12:43; Marcos 1:26; 5:2-5; 9:17, 20; Lucas 6:18; 9:39.
2. Su División.
a. Caídos y libres. Efesios 6:12
b. Caídos y encarcelados. “Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio; ” (II Pedro 2:4). Ver también Judas 6.
3. Los Ángeles libres.
a. Sus actividades.
(1) Pueden poseer cuerpos de seres humanos. “Y los que lo habían visto, les contaron cómo había sido salvado el endemoniado.” (Lucas 8:36).
(2) Voluntariamente pueden desalojar los cuerpos. “Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla.” (Mat. 12:43).
b. Sus energías
(1) Pueden derribar a un hombre sin herirlo. “Y Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio de ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno.” (Lucas 4:35).
(2) Pueden derribar y sacudir una persona. “Y mientras se acercaba el muchacho, el demonio le derribó y le sacudió con violencia; pero Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho, y se lo devolvió a su padre.” (Lucas 9:42).
(3) Pueden llevar personas al desierto. “(Porque mandaba al espíritu inmundo que saliese del hombre, pues hacía mucho tiempo que se había apoderado de él; y le ataban con cadenas y grillos, pero rompiendo las cadenas, era impelido por el demonio a los desiertos.)” (Lucas 8:29).
c. Características.
(1) Algunos son sordos. “Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él.” (Marcos 9:25).
(2) Algunos son mudos. “Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo,” (Marcos 9:17).
(3) Algunos son mentirosos. “El dijo: Yo saldré, y seré espíritu de mentira en boca de todos sus profetas. Y él dijo: Le inducirás, y aun lo conseguirás; vé, pues, y hazlo así.” (I Reyes 22:22).
(4) Algunos son inmundos. “Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo,” (Marcos 9:25a).
(5) Algunos son seductores. “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;” (I Tim. 4:1).
d. Su poder. Es tremendo.
(1) Ellos controlan los cuerpos de hombres y de bestias. (Marcos 5:8-13) Gadara.
(2) Ellos provocan enfermedades físicas. “Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?” (Lucas 13:16).
(3) Ellos provocan enfermedades mentales. “Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras.” (Marcos 5:5).
(4) Ellos provocan impureza moral. “Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, ” (Marcos 5:2). Ver también Mateo 10:1.
e. Su existencia. La palabra “diablo” es mejor traducida “demonio.” Hay un solo Diablo, pero muchos demonios, el Diablo es príncipe sobre los demás. Y ciertamente hay al presente lo que llamamos posesión demoníaca. Poseídos por demonios suelen manifestar fuerza sobrenatural; ellos están totalmente controlados por demonios.
Es bueno apuntar que los demonios siempre hablan por la boca de los poseídos. Los demonios en estas personas, reconocen al Señor Jesús, y el distinguió entre el demonio y el hombre. A los demonios no les agrada ser descorporizados; ellos prefieren ser arrojados a una manada de cerdos (Marcos 5:1-20).
f. Su evidencia. El demonismo no se limitó a la época de Cristo. Hay evidencias de que existía antes de su primera venida:
(1) Los 4 Evangelios presentan el demonismo como un tema conocido.
(2) La gente no se sorprendía frente a las posesiones demoníacas.
(3) Los judíos echaban demonios por sus poderes. (Mat. 12:27).
(4) Después de Cristo, los apóstoles entraron en contacto con el demonismo (Mateo 10:1; Marcos 16:17; Hechos 8:7).
(5) Aparece el demonismo en las epístolas cristianas (Ef. 2:2, 6).
4. Los Ángeles encarcelados.
a. Sus pecados. “Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio; ” (II Pedro 2:4). Este texto nos muestra claramente que estos ángeles no estuvieron en la rebelión original con Satanás. La caída de Satanás ocurrió antes del tiempo de Adán; los ángeles referidos aquí pecaron después de la caída de Adán.
Aparentemente estos serían “los hijos de Dios,” que se casaron con “hijas de hombres.” “Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. . . . Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.” (Gen. 6:1,2, 4).
Algunos sostienen que los “hijos de Dios” eran los hijos de Set, y que las “hijas de los hombres” eran las hijas de Cain. Pero, “como pudieron los hijos de Set engendrar hijos de Dios?”
Otros sostienen que los “hijos de Dios” eran hombres regenerados, que se casaron con mujeres no regeneradas, llamadas las “hijas de los hombres.” Pero eso también ocurre en nuestros días sin que nazca ningún gigante de esa unión en yugo desigual.
Para estar seguros de la correcta interpretación, observemos otros “hijos de Dios” que aparezcan. Hay varias personas llamadas hijos de Dios en la Escrituras:
1. Jesucristo, el Hijo de Dios por relación a Dios.
2. Adán, un hijo de Dios, por creación. (Lucas 3:38).
3. Ángeles, hijos de Dios por creación. (Job 1, 2).
4. Hombres regenerados, hijos de Dios por regeneración y por adopción.
Recuerden, nosotros no solo somos hijos de Dios por regeneración; seremos declarados hijos por adopción, al momento de la redención de nuestros cuerpos.
Observando y eliminando posibilidades “los hijos de Dios” son: Cristo es eliminado, y Adán también, porque había muerto hacía ya tiempo. Tampoco podrían ser hombres regenerados porque la adopción de hijos todavía no había ocurrido. Esto nos lleva sólo a los ángeles.
Ahora surge naturalmente una pregunta, “¿No dice la Escritura que los ángeles no se pueden dar en casamiento?” La Escritura dice que ellos no se pueden dar en casamiento en el cielo. El hombre se casa aquí, pero no se casará en el cielo. Entonces, ¿cómo pudieron ellos casarse con las hijas de los hombres? No sabemos, pero entendemos que los siguientes versículos comprueban, sin dudas, que ellos lo hicieron. Ya hemos citado Judas 6, pero lo haremos citando también versículo 7. “Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.” (Judas 6, 7). Entendemos que estos versículos dicen que estos ángeles pecaron a la similitud de la gente de Sodoma y Gomorra.
Esta unión generó una raza de gigantes, en estatura y en pecados, que fueron destruidos en el diluvio.
La posesión demoníaca avanzó en los días previos al diluvio; y el Señor Jesús nos ha revelado que, “como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.” (Mat. 24:37). La posesión demoníaca avanzará a pleno durante la Gran Tribulación (Ap. 12), antes de la revelación de Cristo en su segunda venida.
b. Su posición. Fueron echados dentro del Tártaros, la prisión mas interna del Hades, encadenados en oscuridad, esperando el día del juicio (II Pedro 2:4).
1. Su designación. Son espíritus malignos; seductores, impuros, demonios. “Cuando llegó a la otra orilla, a la tierra de los gadarenos, vinieron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino.” (Mat. 8:28). Ver también Mateo 9:33; 10:1; 12:43; Marcos 1:26; 5:2-5; 9:17, 20; Lucas 6:18; 9:39.
2. Su División.
a. Caídos y libres. Efesios 6:12
b. Caídos y encarcelados. “Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio; ” (II Pedro 2:4). Ver también Judas 6.
3. Los Ángeles libres.
a. Sus actividades.
(1) Pueden poseer cuerpos de seres humanos. “Y los que lo habían visto, les contaron cómo había sido salvado el endemoniado.” (Lucas 8:36).
(2) Voluntariamente pueden desalojar los cuerpos. “Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla.” (Mat. 12:43).
b. Sus energías
(1) Pueden derribar a un hombre sin herirlo. “Y Jesús le reprendió, diciendo: Cállate, y sal de él. Entonces el demonio, derribándole en medio de ellos, salió de él, y no le hizo daño alguno.” (Lucas 4:35).
(2) Pueden derribar y sacudir una persona. “Y mientras se acercaba el muchacho, el demonio le derribó y le sacudió con violencia; pero Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho, y se lo devolvió a su padre.” (Lucas 9:42).
(3) Pueden llevar personas al desierto. “(Porque mandaba al espíritu inmundo que saliese del hombre, pues hacía mucho tiempo que se había apoderado de él; y le ataban con cadenas y grillos, pero rompiendo las cadenas, era impelido por el demonio a los desiertos.)” (Lucas 8:29).
c. Características.
(1) Algunos son sordos. “Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él.” (Marcos 9:25).
(2) Algunos son mudos. “Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje a ti mi hijo, que tiene un espíritu mudo,” (Marcos 9:17).
(3) Algunos son mentirosos. “El dijo: Yo saldré, y seré espíritu de mentira en boca de todos sus profetas. Y él dijo: Le inducirás, y aun lo conseguirás; vé, pues, y hazlo así.” (I Reyes 22:22).
(4) Algunos son inmundos. “Y cuando Jesús vio que la multitud se agolpaba, reprendió al espíritu inmundo,” (Marcos 9:25a).
(5) Algunos son seductores. “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios;” (I Tim. 4:1).
d. Su poder. Es tremendo.
(1) Ellos controlan los cuerpos de hombres y de bestias. (Marcos 5:8-13) Gadara.
(2) Ellos provocan enfermedades físicas. “Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?” (Lucas 13:16).
(3) Ellos provocan enfermedades mentales. “Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras.” (Marcos 5:5).
(4) Ellos provocan impureza moral. “Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, ” (Marcos 5:2). Ver también Mateo 10:1.
e. Su existencia. La palabra “diablo” es mejor traducida “demonio.” Hay un solo Diablo, pero muchos demonios, el Diablo es príncipe sobre los demás. Y ciertamente hay al presente lo que llamamos posesión demoníaca. Poseídos por demonios suelen manifestar fuerza sobrenatural; ellos están totalmente controlados por demonios.
Es bueno apuntar que los demonios siempre hablan por la boca de los poseídos. Los demonios en estas personas, reconocen al Señor Jesús, y el distinguió entre el demonio y el hombre. A los demonios no les agrada ser descorporizados; ellos prefieren ser arrojados a una manada de cerdos (Marcos 5:1-20).
f. Su evidencia. El demonismo no se limitó a la época de Cristo. Hay evidencias de que existía antes de su primera venida:
(1) Los 4 Evangelios presentan el demonismo como un tema conocido.
(2) La gente no se sorprendía frente a las posesiones demoníacas.
(3) Los judíos echaban demonios por sus poderes. (Mat. 12:27).
(4) Después de Cristo, los apóstoles entraron en contacto con el demonismo (Mateo 10:1; Marcos 16:17; Hechos 8:7).
(5) Aparece el demonismo en las epístolas cristianas (Ef. 2:2, 6).
4. Los Ángeles encarcelados.
a. Sus pecados. “Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio; ” (II Pedro 2:4). Este texto nos muestra claramente que estos ángeles no estuvieron en la rebelión original con Satanás. La caída de Satanás ocurrió antes del tiempo de Adán; los ángeles referidos aquí pecaron después de la caída de Adán.
Aparentemente estos serían “los hijos de Dios,” que se casaron con “hijas de hombres.” “Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, que viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. . . . Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre.” (Gen. 6:1,2, 4).
Algunos sostienen que los “hijos de Dios” eran los hijos de Set, y que las “hijas de los hombres” eran las hijas de Cain. Pero, “como pudieron los hijos de Set engendrar hijos de Dios?”
Otros sostienen que los “hijos de Dios” eran hombres regenerados, que se casaron con mujeres no regeneradas, llamadas las “hijas de los hombres.” Pero eso también ocurre en nuestros días sin que nazca ningún gigante de esa unión en yugo desigual.
Para estar seguros de la correcta interpretación, observemos otros “hijos de Dios” que aparezcan. Hay varias personas llamadas hijos de Dios en la Escrituras:
1. Jesucristo, el Hijo de Dios por relación a Dios.
2. Adán, un hijo de Dios, por creación. (Lucas 3:38).
3. Ángeles, hijos de Dios por creación. (Job 1, 2).
4. Hombres regenerados, hijos de Dios por regeneración y por adopción.
Recuerden, nosotros no solo somos hijos de Dios por regeneración; seremos declarados hijos por adopción, al momento de la redención de nuestros cuerpos.
Observando y eliminando posibilidades “los hijos de Dios” son: Cristo es eliminado, y Adán también, porque había muerto hacía ya tiempo. Tampoco podrían ser hombres regenerados porque la adopción de hijos todavía no había ocurrido. Esto nos lleva sólo a los ángeles.
Ahora surge naturalmente una pregunta, “¿No dice la Escritura que los ángeles no se pueden dar en casamiento?” La Escritura dice que ellos no se pueden dar en casamiento en el cielo. El hombre se casa aquí, pero no se casará en el cielo. Entonces, ¿cómo pudieron ellos casarse con las hijas de los hombres? No sabemos, pero entendemos que los siguientes versículos comprueban, sin dudas, que ellos lo hicieron. Ya hemos citado Judas 6, pero lo haremos citando también versículo 7. “Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.” (Judas 6, 7). Entendemos que estos versículos dicen que estos ángeles pecaron a la similitud de la gente de Sodoma y Gomorra.
Esta unión generó una raza de gigantes, en estatura y en pecados, que fueron destruidos en el diluvio.
La posesión demoníaca avanzó en los días previos al diluvio; y el Señor Jesús nos ha revelado que, “como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.” (Mat. 24:37). La posesión demoníaca avanzará a pleno durante la Gran Tribulación (Ap. 12), antes de la revelación de Cristo en su segunda venida.
b. Su posición. Fueron echados dentro del Tártaros, la prisión mas interna del Hades, encadenados en oscuridad, esperando el día del juicio (II Pedro 2:4).
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